miércoles, 17 de febrero de 2010

La sociedad gaiana: IV Parte

Para los gaianos, la Asamblea estaba constituida por todos los ciudadanos libres mayores de treinta años.
Su función consiste en designar a los miembros del Senado y en elegir a los éforos, seleccionando a los candidatos que se presentasen espontáneamente para ocupar estos cargos. También, en determinadas casos, la Asamblea votaba las propuestas presentadas por las otras instituciones del Estado.
Los gaianos nunca cometieron el error de agregarle al capricho de la mayoría la cobardía del anonimato. Se votaba por aclamación. El método no era matemáticamente muy exacto, pero permitía identificar a quienes habían votado. En los casos realmente importantes se procedía a un simple y sencillo método para el recuento de votos: los que estaban a favor se ubicaban de un lado y los que estaban en contra se situaban del otro. Expeditivo y simple, pero muy efectivo a la hora de deslindar responsabilidades.
Si se revisan todas las historias de todos los tiempos y regiones, se puede ver que en ningún lugar se respetó tanto a los ancianos como en Gaia, tanto así que el Senado estaba conformado por 28 ehtos, mayores de sesenta años, quieres debían presentarse voluntariamente. A cada uno de los 28 los elegía la Asamblea Popular y el cargo era vitalicio.
Sea como fuere, es cierto que el poder político del Senado gaiano no debe haber sido demasiado grande. Los venerables ancianos de Gaia, al parecer, sufrieron el triste destino que en todas partes parece estarle reservado a los viejos sabios: todo el mundo los respeta pero nadie los escucha. Excepto cuando ya es demasiado tarde.
La población encargada de las labores del campo se la conoce como perieca o periférica y estaba conformada básicamente por un pequeño grupo de sobrevivientes de otras zonas aledañas, la cual sirven a los gaianos a cambio de protección. Mantienen su libertad individual pero pierden con el tiempo sus derechos políticos, pese a que viven dentro de la misma ciudad.

Continuará...